domingo, 3 de noviembre de 2013

La cara de Bruno

Ayer viví una de las experiencias más fuertes de mi vida: poder verle la cara a mi hijo.

Ayer fui a hacerme una eco 4D con mi marido y mi hermano y fue una experiencia maravillosa.
Desde por la mañana ya estaba nerviosa, todo el día pensativa, concentrada en poder adivinar su rostro antes de verlo (impaciente de mi).
Y Bruno estuvo todo el día moviéndose, sin parar, supongo que porque su nerviosa madre le estaba transmitiendo esa energía.

Conforme se acercaba la hora de la cita mi nerviosismo iba en aumento, así que Jesús nos llevó a comer pasteles.
Claramente, como no podía ser de otra manera, me comí el pastel de chocolate mas grande y negro que había en la pastelería. Y también fue un incentivo más para que Bruno no parara de moverse.

Entramos por la puerta, me tumbé en la camilla, y me pusieron el gel para ecografías.
Y de repente apareció en la pantalla, muy nítida, la cara de Bruno.
Eso con lo que había soñado tantas y tantas veces estaba en esa pantalla, ¡por fin!
Y de repente dos lágrimas caían de mis ojos y bajaban por mis mejillas, sacando así al exterior la felicidad que sentía.




Ahí estaba su carita, con su nariz, sus labios, sus pies y sus manos ¡estaba alucinada!
Durante 30 minutos estuve viendo sus movimientos dentro de mí, como bostezaba, como se metía el pie en el ojo y la mano en la boca.
Fue un flechazo, fue amor a primera vista y fue cuando me di cuenta que de verdad voy a ser madre y que mi hijo es fruto del mayor amor que he sentido hasta ahora.

Entonces recordé una frase que leí hace unos días y que me pareció perfecta.

“El parto es la única cita a ciegas donde puedes estar segura que conocerás al amor de tu vida”

Pues bien, yo he tenido un pequeño adelanto, del que guardaré siempre un hermoso recuerdo; y noto como ha comenzado una historia de amor que durará toda mi vida.